En Madrid, Barcelona, Valencia, Bilbao, Sevilla y Canarias, la Fundación Randstad ha llevado a cabo el programa “Brecha Digital”, cuyo objetivo es acercar la tecnología a las personas con discapacidad. La iniciativa, que surgió a finales de 2021, ha ayudado desde sus inicios a 238 personas —47% mujeres— que han recibido 226 equipos informáticos reacondicionados y formación a través de diferentes módulos de alfabetización digital y orientación social laboral.
Los resultados de las formaciones son muy positivos, ya que el 25% de los participantes han conseguido un puesto de trabajo. Asimismo, este proyecto formativo destaca por su aspecto medioambiental, puesto que ha reducido 99,93 toneladas Co2 al año.
En este proyecto han participado todos los stakeholders del ecosistema social de la fundación: 19 empresas han colaborado a través de la dotación de recursos (materiales, económicos y humanos); 15 entidades sociales, coordinando a las personas beneficiarias de este proyecto, y 135 voluntarios de las empresas que participan, impartiendo los talleres de capacitación tecnología y mejora de la empleabilidad.
Desde el ámbito empresarial se han unido a este proyecto compañías y entidades como Vodafone, Microsoft, Fundación Accenture, Fundación Prosegur, Capgemini, Nationale Nederlanden, Fundación CEOE, Sopra Steria, Sage, RSI Caja Rural, CGI, el Colegio de Registradores de Madrid, Nestlé, FI Group, Colt, Santalucía, Bilbao Ekintza y Randstad.
Según María Salsamendi, directora de Innovación Social de la fundación, “de cara a esta segunda edición que se desarrollará en 2023, esperamos aumentar el número de beneficiarios del programa, aumentar las horas de alfabetización digital, y para ello necesitamos que haya más empresas que confíen en nosotros y apoyen nuestro proyecto”.
La formación como pieza clave
El proyecto “Brecha Digital” consta de tres fases fundamentales. Primero, las empresas donan recursos: ordenadores, tarjetas de datos y software. Estos recursos son reacondicionados para darles una segunda vida (economía circular) y la Fundación Randstad hace entrega de este material informático a las personas con discapacidad y en riesgo de exclusión social que lo necesitan.
Finalmente, se realiza la fase de formación con un programa de 34 horas divididas en dos partes. Una primera, donde se imparte a los usuarios de la fundación conocimientos y competencias digitales, y otra segunda, con talleres para mejorar su empleabilidad, apoyados por voluntarios Randstad, para mejorar sus oportunidades en la búsqueda de empleo.
En esta última etapa del proyecto el tejido empresarial vuelve a tener un papel relevante, ya que son los voluntarios de las empresas los que se encargan de enseñar a las personas con discapacidad, aportando sus conocimientos a mejorar sus competencias digitales.
Fuente: compromisorse.com