El Museo Thyssen ha presentado un estudio, dirigido por Advisory Board for the Arts, que se llevó a cabo entre octubre de 2021 y enero de 2022 y en el que se recogen casos sobre las mejores estrategias para digitalizar los museos tras la pandemia. Y es que digitalizar no es solo hacer una página web o abrirse una red social: es saber cómo interactuar con el usuario, crear una comunidad y presentar lo que se ofrece de la manera más atractiva posible.
El Thyssen, que ha realizado estudio en colaboración con el Reina Sofía, Fundación “La Caixa”, el MACBA, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo Picasso de Málaga, el Centro Botín y el Guggenheim de Bilbao, destaca que la estrategia digital “debe estar claramente vinculada a la misión del museo”. Para explicarlo un poco mejor, en la presentación de la investigación ha estado presente Evelio Acevedo, su director gerente.
Había que plantear muchos aspectos en este, pero sobre todo dos son los que creían que tenían que abordar, sobre todo como punto de partida para un trabajo como este. “Por una parte, cómo afrontar la transformación digital de forma estratégica, porque hablamos de algo que no es coyuntural, hablamos de algo que no afecta a algunos ámbitos de nuestra actividad, sino que realmente afecta al modelo de museo, de servicio público”.
Y, por otra parte, saber aterrizar y materializar qué supone eso, qué cambios tiene que afrontar un museo en sus equipos y en su estructura para adoptar ese nuevo entorno digital.
La gran lección para el Thyssen
De todo el estudio, Acevedo ha querido destacar varias claves, señalando principalmente que hay que ver en la digitalización una “enorme” oportunidad.” Lo que pasa es que la hemos vivido de manera muy precipitada. Es cierto que para el museo Thyssen, ya desde hace años, es un elemento que forma parte de nuestros planes estratégicos y en el que hemos venido trabajando. Pero la pandemia nos obligó de una manera muy repentina e inesperada a tener que comunicarnos con nuestros públicos de una manera que no era la habitual o la mayoritaria, la presencia física”.
El que los museos se vieran obligados a cerrar durante tres meses obligaba también a mantenerse en contacto con el público de la única manera posible, que era a través de la tecnología, de la web, de las redes sociales. “Por lo tanto -ha apuntado el director gerente del Thyssen-, cuando nos vimos obligados a iniciar esa nueva forma de relacionarnos vimos que la digitalización era mucho más amplia, más profunda, más completa, más diversa en sus modos de materializarla con los públicos. Y fue una gran lección que tuvimos que aprender”.
Es una transformación, ha indicado, que puede ser todo lo acoplada que se esté dispuesto a tolerar. Pero, “por muchos motivos”, para él es lógico plantearse un programa completo y un programa en el que se tenga que establecer prioridades con una idea muy clara: cuál es el modelo digital que finalmente se quiere adaptar. “Cualquier modelo es válido, siempre que sea el elegido por una institución cultural. Cada uno tiene que decidir cuál se ajusta más a su personalidad”.
Una visión estratégica
En lo que respecta a la visión estratégica de este estudio, el director general del Thyssen ha destacado tres puntos: el primero, que lo digital debe estar íntimamente ligado con la visión del museo y al servicio de este. No debe ir por separado, ha reiterado: forma parte de la personalidad, del modelo museístico del museo y, por lo tanto, debe complementar lo que ya son, y enriquecerlo, formar una unidad muy compacta.
Por otra parte, una realidad es que lo digital requiere mucha inversión. Es caro, no es fácil abordar esa transición y requiere de nuevas competencias. “Por eso, es necesario enfocarse solo en algunas tareas dependiendo de la visión del museo, aquello que hemos identificado como nuestra prioridad y que determinamos que es lo más importante en nuestro servicio al público. Educación online, recursos para el mundo académico, realidad virtual, adoptar programas de CRM… todo aquello que nos haga conocer mejor a nuestros públicos requiere de inversión y de trabajo y perfiles distintos”, ha explicado Acevedo.
Y tercero, que lo digital en lo que se suele pensar no es solo conectar las personas con los objetos o los contenidos del museo, sino también es una forma de conexión entre las personas. De comunicación entre ellas. “Comparten su interés por el arte y por las instituciones culturales”, ha matizado.
Así, y teniendo en cuenta que todavía hay museos que aún no han adoptado lo digital al 100%, Acevedo ha indicado varios puntos que podrían ayudar. Para el director gerente del Thyssen “esto es serio. Por lo tanto, la máxima dirección de cada institución debe creer en el proyecto, compartirlo y considerarlo como absolutamente necesario y transmitirlo a todos los responsables y jefaturas del museo para que lo hagan suyo”.
Lo que está claro, según él, es que es un modelo de transformación absolutamente transversal. No afecta directamente a determinadas áreas y puestos, es una transformación cultural de las instituciones y, por lo tanto, ninguna persona es ajena a esa transformación. “Además, va a determinar lo que va a ser el museo en el siglo XXI”.
Fuente: Innovaspain.com